BMW decidió en los años setenta competir en diversos campeonatos internacionales de turismos para que el público asociara su marca a la deportividad. Años después aún los amantes del motor identifican a la firma bávara como el principal fabricante generalista de coches deportivos de Alemanía, por delante de Audi o Mercedes. El primer Gran Turismo de BMW fue el CS, conocido como e9 en el código interno de la marca. Sobre el CS se desarrollaron autenticas bestias de competición como el 3.5 CSL IMSA que hoy tratamos.
El BMW 3.5 CSL IMSA se construyó en 1975 para el campeonato IMSA de Estados Unidos, aunque se diseñó íntegramente en Europa. En el desarrollo de este GT participaron además compañías como Alpina o Schnitzer. Se trató del primer BMW salido de Motorsport, la incipiente división de competición de BMW.
Jochen Neerpasch añadió al 3.0 CS, un kit aerodinámico, entre el que se encontraba un gran alerón y unos pasos de ruedas más anchos que le sirvió para ganarse el apodo de "Batmóvil". El motor provenía del 3.0 CS, pero aumentada su cilindrada hasta los 3.5 litros, y con 440 Cv. Gracias a su ligereza, ya que pesaba sólo 1050 Kilos, debido a su carrocería en aluminio, el 3.5 CSL IMSA tenía una de las mejores relaciones peso potencia del campeonato. Sólo cuatro fueron construidos. Durante dos años, 1975 y 1976 estuvo corriendo, ganando las 24 horas de Daytona en 1976, superando a los Porsche y Chevrolet Corvette que durante estos dos años fueron sus máximos rivales. Hoy en día sólo sobreviven dos ejemplares, propiedad de BMW, y que suelen mostrarse en diversos eventos de clásicos.
Motor
Vídeo: Reviviendo el Grupo 4: BMW 3.5 CSL Vs. Chevrolet Corvette