Fue un modelo de dinámica brillante, avanzado tecnológicamente y coronado de inmediato como coche del año Europeo en 1968. El NSU Ro80 prometía tener mucho éxito y ser muy importante en su época. Pero un año después de su lanzamiento, empezó a tener problemas en el control de calidad, en un excesivo consumo de carburante, quejas sobre la garantía y averías varias en el motor.
Por desgracia NSU había dejado que sus clientes hiciesen por sí mismos la revisión de su motor rotativo de dos cilindros, si bien de una gran concepción, era un desastre de la ingeniería, ya que muchas piezas necesitaban cambio a los primeros 48.000 kilómetros recorridos. El tiempo ha demostrado que los experimentos del motor rotatorio no han de ser motivo de crítica, ya que gracias a la red de especialistas que finalizaron el trabajo iniciado en el NSU, hoy en día el Ro80 puede hacerse más fiable. De todas maneras este progreso llegó demasiado tarde para la marca cuyo buque insignia llegó a ser motivo de burla en la industria del motor.
Cuando funcionaba era una máquina fantástica y ágil que se mostraba años adelantada a su tiempo: el Ro80 además incorporaba mejoras tecnológicas como transmisión semiautomática y una aerodinámica de primera clase.
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