El
Ferrari California, supone revivir el mito del automóvil spider puro. Un automóvil que garantiza la diversión. A diferencia del
Dino nacido en los sesenta esta vez y gracias a la tecnología sólo puede adquirirse en versión convertible, aunque con techo duro retráctil, lo que hoy en día se denomina un coupé-cabrio. Ya queda atrás el inoportuno techo duro desmontable, que en días con climatología indecisa podía jugar una mala pasada. Su diseño es tan musculoso y angulado como el del
Dino, si interior es igualmente sobrio. El
California es un coche creado para amoldarse al gusto de su refinado conductos, pudiéndose elegir entre diecisiete colores, aunque el rojo scuderia y el Gialio Modena son los que más se identifican con el Dino.
Para mover esta refinada máquina, el
California monta un motor
V8 de 4,3 litros y 460 Cv. que gira a 7,500 Rpm. La caja de cambios no es menos sofisticada, se trata de una caja de siete velocidades y doble embrague. A pesar de su vocación generalista, su precio sigue siendo prohibitivo, a partir de 150.000 €. Su interior es similar al de otros modelos de la marca, no faltan elementos comunes como el cuero, el botón de arranque o cambio de levas.
